Queda demostrado que la diversidad y riqueza del patrimonio natural aldeano está fuera de lo común. Un espacio único que estamos obligados a gestionar con conocimiento y respeto y que debe ser más que suficiente para que mediante su explotación duradera todos sus habitantes y visitantes -animales, plantas, hongos y microorganismos- vivamos en armonía con la máxima calidad.

La tranquilidad, la belleza del paisaje, la singular biodiversidad y la cultura que ofrece este municipio del oeste grancanario no deja indiferente a nadie. Sin duda, vivir en La Aldea, aunque solo sea por unos días, es un privilegio del que tenemos que tomar conciencia.

Tanto el medio marino como el terrestre ofrecen atractivos irrenunciables para ornitólogos, entomólogos, botánicos, fotógrafos, submarinistas, etc.  En nuestra mano está mostrarlos con toda la pasión y el cariño, en tu mano está venir a disfrutarlos.

¡Nos vemos en La Aldea!