El cielo
En todo el planeta se conocen las magníficas condiciones ambientales para la observación del cielo, que se resumen en el clima, muy apropiado para desarrollar esta actividad, y la escasa contaminación lumínica.
El oeste de Gran Canaria es el sector menos poblado de la isla, y esto se traduce en una calidad excepcional del celaje, un hecho que nos ofrece la oportunidad de aprender y disfrutar contemplando este elemento que desde siempre ha interesado a nuestra especie.
Son muchos y variados los eventos astronómicos que ocurren a lo largo del año y muchas las personas interesadas en ellos. Y su observación nos permite comprender la dimensión del Universo y situarnos en su escala. Las comúnmente conocidas como lluvias de estrellas, el paso de cometas, los planetas, las estrellas, constelaciones, nebulosas o galaxias son algunos de esos fenómenos que despiertan un interés muy especial.
Cada vez tenemos mayor conciencia de la importancia que tuvo el cielo para los primeros hombres y mujeres que poblaron las islas, algo que podemos confirmar gracias a la tradición oral o los complejos yacimientos arqueológicos que se localizan en este ámbito, algunos auténticos observatorios astronómicos vinculados a su mundo-mágico religioso. Espacios que les sirvieron para dar sentido a sus creencias, establecer un calendario y organizar aquella sociedad eminentemente agrícola.
Toda esa belleza es presa de multitud de astrofotógrafos que, con equipos cada vez más avanzados, se mueven por el planeta en busca de las escenas más espectaculares que ofrece el espacio exterior, viajeros y aficionados locales que tienen en La Aldea un destino de lujo para satisfacer sus ilusiones.
Por todo esto, la observación de nuestros cielos es una experiencia inolvidable que alimentará tu curiosidad y conocimiento sobre el medio en que vivimos. Una actividad que puedes realizar por cuenta propia o contando con las explicaciones de profesionales del turismo astronómico que la enriquecerán.